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deciente, el retraso de la pubertad, la reducción de la movilidad y de los ejercicios con carga y la
exposición insuciente a la luz solar. Aunque los niños con EB que reciben alimentación enteral
a través de una gastrostomía obtienen en teoría el calcio que necesitan, las elevadas concentra-
ciones de citocinas secundarias a la infección o la inamación crónicas pueden afectar negativa-
mente al recambio óseo, así como las complicaciones digestivas pueden dicultar la absorción.
El control actual comprende la determinación de la masa ósea mediante radioabsorciometría de
doble energía (DEXA), la determinación bioquímica de calcio y vitamina D y la administración
de bisfosfonatos con una combinación de calcio y vitamina D [12]. El CACIT D3 (Procter &
Gamble) es un preparado granulado efervescente que contiene 500 mg de calcio y 11 mcg de
colecalciferol, y es preferible a los comprimidos masticables.
Alimentación por sonda nasogástrica (NG) y gastrostomía
No se deben colocar sondas nasogástricas (NG) de forma habitual. Aunque se tenga mucho
cuidado, pueden ocasionar traumatismos y son difíciles de jar (sólo son adecuados vendajes no
adhesivos como Tubifast [Seton Scholl; Oldham, Reino Unido], que se enrolla alrededor de la
sonsa hasta que entra en las fosas nasales). Otra alternativa es utilizar esparadrapo de silicona que
se recomienda para pieles frágiles. La fricción interna y las cicatrices que produce el tubo pueden
dicultar la alimentación por vía oral. Se cree que las molestias resultantes se asocian a la posterior
aversión a la comida y a una mayor tendencia a presentar estenosis esofágica. Sin embargo, su uso
temporal sería inevitable en niños pequeños que no toman volúmenes sucientes de alimentos
por vía oral y cuando tienen la boca excesivamente traumatizada por la succión. Puede utilizarse
como medida provisional en niños con EBDR o EBJ no Herlitz, que se consideran candidatos
a una gastrostomía, pero que necesitan –o cuyos cuidadores necesitan– pruebas de los efectos
de la mejoría de la nutrición, antes de consentir a la cirugía. Un período de 6 a 8 semanas con
alimentación por sonda NG debería ser suciente para ello. Otra indicación para la alimentación
por sonda NG a corto plazo sería en la EBDR, cuando las intervenciones odontológicas de gran
alcance ocasionan considerables ampollas bucales y faríngeas. Este tipo de intervenciones puede
impedir una ingesta aceptable durante varios días. Ya que estas técnicas se realizan con anestesia
general, se puede colocar la sonda nasogástrica en el quirófano, así el niño se alimentaría por ella
hasta que se pueda reanudar una alimentación suciente por vía oral. Sea cual fuera la edad del
paciente, la sonda debe ser lo más blanda y de un calibre tan estrecho como sea posible, y no debe
cambiarse para cada alimentación, sino que se debe dejar in situ.
Aunque las dilataciones esofágicas seriadas pueden mejorar considerablemente la de-
glución [6], las continuas dicultades para masticar, el cumplimiento del tratamiento far-
macológico y el mantenimiento de una ingesta suciente de bra, hacen que merezca la
pena considerar la colocación de una sonda de gastrostomía, si es posible antes de que el
crecimiento del niño se deteriore notablemente. En un primer momento, algunos padres
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